Noche extraña en la cancha de Platense. Colegiales consiguió un agónico empate en un partido que mereció mucho más, ante un Atlanta que se encontró con un gol por un error del arquero tricolor, y se dedicó a defenderlo.
Pero el fútbol quedó en un segundo plano ante la actitud de los hinchas del equipo local. Desde que comenzó el partido, la parcialidad local se dedicó a agredir verbalmente a la comitiva visitante. Los plateistas insultando a la gente de Cole con frases racistas como "Negros de mierda"; "vuelvan a la villa" y demás insultos de gente que averguenza a la raza humana. Por su parte, el grupo que estaba en la popular y que vendría a ser la "hinchada" se pasó toda la primera parte amenazando a los dirigentes y periodistas de Colegiales cantando: "Cole va a correr, la yuta también!". Parece que ante la falta de público visitante, los hinchas bohemios tomaron un impulso de guapeza que no tenían en partidos anteriores cuando podían asistir las dos hinchadas. Cabe destacar que la gente de Colegiales mostró un comportamiento ejemplar, y salvó responder algún insulto, mantuvo la calma y se dedicó a observar el partido.
En el entretiempo, la infantería llegó a la tribuna visitante e intentó desalojar a toda la comitiva de Colegiales. Ante la firme negativa de la gente tricolor, se conformaron con sacar un grupito que no estaba acreditado y que había ingresado sacando su entrada.
El clima hostil continuaba y cuando Colegiales consiguió el empate pasó lo peor. La barra de Atlanta desalojó el estadio para ir a buscar a la comitiva de Colegiales, que no superaba las 40 personas. Encima la platea incentivaba a la violencia contra el grupo reducido de simpatizantes tricolores. Desde que empezó la prohibición del público visitante hemos visitado estadios con lo cual hay mucha rivalidad; y a Munro han venido equipos con los cuales hay mucha pica entre las hinchadas. Pero a nadie se le ocurrió salir a agredir a una reducida comitiva visitante que está en forma pacífica y en clara inferioridad numérica. La verdad que la actitud de la hinchada de Atlanta es de una bajeza y cobardía que cuesta encontrar adjetivos para describirla.
Lo único destacable fue la conducta sensata y destacable de la dirigencia del bohemio que hizo todo lo posible para garantizar la seguridad de los visitantes.
