Ni el más crítico hincha de Colegiales pensó vivir una tarde como la del lunes en Loma Hermosa. Antes de comenzar el partido, el conjunto de Rondina estaba a tres puntos del puntero Barracas Bolívar con dos partidos menos; un panorama alentador respaldado por cinco triunfos consecutivos.
La historia fue distinta, a los seis minutos Colé perdía con J.J.Urquiza uno a cero con gol de Garay, tras un error defensivo del sector izquierdo de la defensa.
El trámite del partido fue parejo en los primeros instantes, Colegiales tenía el balón pero no llegaba con claridad y J.J.Urquiza apostaba al contraataque.
El sistema del equipo de Rondina no fue claro a la hora de ir a buscar el partido, a veces ser ofensivo no es poner una cierta cantidad de delanteros.
Sebastián Tagliabue tuvo la más clara, la desperdicio de forma sorprendente, lo lógico para el primer tiempo hubiera sido un empate pero en el fútbol la lógica no existe.
Con sabor amargo termino el primer tiempo, el segundo tiempo duró hasta que el inocente Barry cometió un grosero penal y Garay puso el dos a cero.
Lo sucedido después es lamentable no solo se perdió un partido sino que también se dejo una imagen deslucida en todos los sentidos (jugadores que se hicieron echar y los semi -lesionados para que se suspenda el partido).
Ojala que haya sido una mala tarde, el crédito esta abierto. Sergio Rondina y los jugadores lo saben; falta bastante el destino todavía esta en sus manos.
La historia fue distinta, a los seis minutos Colé perdía con J.J.Urquiza uno a cero con gol de Garay, tras un error defensivo del sector izquierdo de la defensa.
El trámite del partido fue parejo en los primeros instantes, Colegiales tenía el balón pero no llegaba con claridad y J.J.Urquiza apostaba al contraataque.
El sistema del equipo de Rondina no fue claro a la hora de ir a buscar el partido, a veces ser ofensivo no es poner una cierta cantidad de delanteros.
Sebastián Tagliabue tuvo la más clara, la desperdicio de forma sorprendente, lo lógico para el primer tiempo hubiera sido un empate pero en el fútbol la lógica no existe.
Con sabor amargo termino el primer tiempo, el segundo tiempo duró hasta que el inocente Barry cometió un grosero penal y Garay puso el dos a cero.
Lo sucedido después es lamentable no solo se perdió un partido sino que también se dejo una imagen deslucida en todos los sentidos (jugadores que se hicieron echar y los semi -lesionados para que se suspenda el partido).
Ojala que haya sido una mala tarde, el crédito esta abierto. Sergio Rondina y los jugadores lo saben; falta bastante el destino todavía esta en sus manos.
Gustavo Pereyra
