...tiene sed de campeón, al igual que todo los jugadores del plantel de Cole que de manera agónica derrotaron en el quinto minuto de descuento al club atlético ilusionistas y demostraron que, a pesar de no haber jugado bien, sabían que este partido lo tenían que ganar cueste lo que cueste.El clima de clásico empezó a gestarse un par de horas antes del comienzo del partido cuando los trapos comenzaron a adornar el estadio. Mientras por los alrededores del estadio en cada esquina los hinchas de Cole, enfundados en los colores azul, rojo y amarillo, se reunían para hidratarse y esperar el clásico.
Pero en los primeros minutos la fiesta solo estuvo en las tribunas porque ninguno de los dos equipos se asentaba en la cancha e incluso el ver“d”e era un poquito más. Pero gracias a un error de la visita, el chef Domínguez encaró una contra y le dio el pase justo(tal como una receta) a Meinecke para que éste en 3/4 de cancha sacara un sablazo que se metió en el ángulo izquierdo de Bustos, ahí donde las arañas tejen sus nidos. La hinchada deliraba, el relator de Colegiales Pasión se emocionaba y se quedaba sin voz, ellos lloraban. Pero si hay algo que sabemos todos los tricolores es los errores garrafales que sufre la defensa de Cole, y así fue como cuatro minutos después Jaime aprovechó y empató el partido, también Giovini tuvo responsabilidad al regalar su palo derecho. El 7 de excursio lo fue a celebrar a la tribuna donde se ubicaba la delegación visitante, compuesta por no más de 20 personas, prácticamente la misma cantidad de gente que nos tiene acostumbrado a traer el equipo de bajo Belgrano en los partidos que se enfrenta con Cole.
El primer tiempo término en nada, ninguno de los dos tomaba la iniciativa y ya empezaban a vislumbrarse errores de Cristian Cernadas, que no tuvo una de sus mejores tardes, y en esta ocasión en lugar de “impartir justicia”, inclinó la balanza para el sector verdiblanco.En el segundo tiempo los dirigidos por González fueron recibidos con un trapo enorme, fuegos de artificio y petardos. Solo fallaron los papelitos por esas cosas que tiene la seguridad que se encarga de los partidos de ascenso. El villero eligió refugiarse atrás, recordemos que se encuentra en zona de promo y el empate le caía perfecto. Por su parte, Colegiales iba sin ideas y llenaba de centros el área de Bustos. Cóceres fue reemplazado por Ruiz en busca de más juego pero no dio resultado, Cuatrin ingresó por Domínguez y si bien llegó a desnivelar en una ocasión tampoco podía quebrar la resistencia visitante. El partido parecía extinguirse 1 a 1 y empezábamos a pensar en una semana llena de interrogantes, pero ocurrió algo que podemos asociar con dos frases: “no está muerto quien pelea” o “él que poco arriesga, poco gana”. Precisamente de esta manera fue como tras un brillante pase del “topito” que dejo solo frente al arquero a Seba Tagliabué, en una extrema posición dudosa que aún hoy le sigue quitando el sueño al comentarista de Colegiales Pasión, Cole logró el 2 a 1 final y comenzó el delirio, la explosión y los festejos.
Un hincha me dijo al final, “un triunfo así es mejor que estar con diez minas juntas en una noche” y creo que todos los fanas del tricolor pensamos igual. Colegiales ganó el clásico y hundió más aun a las gallinitas de bajo Belgrano. Esperemos que este triunfo sirva de envión anímico para jugar la recta final de esta primera parte del torneo, pero no nos olvidemos que siguen los errores en defensa y que el equipo no juega bien.
Cole tiene material para mejorar y para empezar a soñar con que cada partido se está mas cerca del sueño de regresar a la “B”, ojalá podamos seguir despidiendo al equipo como el último sábado, cantando oooh cole va a “b”olver, va a “b”olver, va a “b”olver, cole va a “b”olver.Nicolás D. Ceballos
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