El resultado de un empate

(foto de http://www.lama.com.ar)

El punto obtenido por Colegiales frente a General Lamadrid como visitante trae consigo un balance positivo y otro negativo. Se sabía desde un principio que el cotejo tendría a la fricción como rasgo central y al pelotazo largo como salida. Los jugadores que juegan bien con el balón sobre el piso en Colegiales tendrían que preocuparse no sólo por el equipo rival, sino también por las falencias del terreno de juego.
El partido pareció ser más disputado en lo físico que en lo futbolístico. Y sólo una escapada de Marco Fournier (había ingresado por Distefano lesionado) por la derecha y una muy delicada definición de Sebastián Ruiz pudieron abrir el marcador en Devoto cuando el primer tiempo se cerraba sin pena ni gloria ni nada.
La segunda mitad se tornó más entretenida porque Antonio De Gregorio adelantó la línea de volantes y Colegiales le cedía balón y campo al local, cambiando su estrategia ofensiva, ahora más pendiente del error rival y la salida rápida. En el ida y vuelta, sorpresivamente, Lamadrid generaba situaciones más claras.
Llegó el empate del “Carcelero” y el ida y vuelta continuaba. Lucas Giovini respondió cuando el partido se ponía complicado. Por momentos, el equipo dirigido por Armando González mostró desordenes varios y torpezas que bien pudieron sentenciar la derrota. En otros, pareció que la velocidad de Hugo Cuatrin podía cambiar la historia.
El empate era el resultado justo para el partido, aunque Colegiales lo tuvo para ganar y después para perder.
Para atender: la cantidad de lesionados (a Meinecke, Cóceres y Valdés se le agregan Distefano y Tagliabue) y lo difícil que será el partido del miércoles ante un Lujan que viene ganando y jugando bien.

Lucas Frioli

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